Hace unos días salió a la venta Super Mario Maker; el juego que me hizo sentir niño otra vez.
La verdad es que cuando anunciaron «Mario Maker» yo no estaba muy emocionado, lo veía como algo interesante, pero nada impresionante -oh, qué equivocado estaba-, las imágenes que presentaron, el logo sin carisma y las casi nulas especificaciones no generaron un interés en mí, no busqué más del juego, no indagué en la fecha de salida, nada. Pero eso cambió radicalmente el día que decidí ver el Nintendo Championship 2015, donde la final estuvo compuesta por niveles hechos en Super Mario Maker. Ahí fue cuando empecé a regresar a mi juventud; a sentir ganas de que vuelen los días para poder jugarlo, a juntar mis monedas para comprarlo y de salir del trabajo (como si fuera la escuela) para explorar a fondo todo lo que podía hacer. Mi amor hacia Nintendo se restauró de una forma impresionante cuando vi esos niveles llenos de locuras, de bloques que tenían enemigos dentro, totems de koopas-goombas-plants y niveles que se salían de la rutina, esta vez Nintendo lo hizo de nuevo.
El ansiado 11 de septiembre llegó y yo corrí a comprar Super Mario Maker en la hora de la comida, y, otra vez, cual niño, no podía esperar a que dieran las 7 pm para salir corriendo del trabajo, llegar a mi casa y ponerme a crear niveles. Al llegar a casa y poner Super Mario Maker en el Wii U, empezó una nueva adicción.
Al inicio te explican punto por punto cómo empezar a crear y jugar, es algo intuitivo y divertido, sin duda uno de los mejores tutoriales que he usado (no es aburrido, no desespera y de verdad enseña). Tan pronto acabé el tutorial, quería hacer de todo con los niveles, hacer cosas raras, poner muchas tuberías y bowsers por montón… pero no pude, al inicio hay muchas cosas bloqueadas, de hecho sólo tienes el primer renglón de items para usar y sólo se puede usar el estilo de Super Mario Bros y Super Mario Bros U
Pero la emoción no disminuyó, de hecho decidí hacer algo interesante con el limitado número de items que podía usar, puse elementos por todos lados, experimenté como se podían unir, qué pasaba al agitar cada item y en eso algo como esto pasó
Se desbloquearon más items y niveles, quise hacer aún más, tanto que terminé llenando mi nivel y no pude usar más elementos, así que replanteé todo el nivel y seguí explorando, hasta que decidí ver qué más había en el juego, total, mi nivel se podía quedar guardado hasta donde iba.
Salí al modo «Jugar» y empecé a probar niveles, vi cuáles eran los más jugados, los mejor rankeados y lo que estaba jugando la gente en ese momento, había niveles muy interesantes, algunos complejos, algunos ridículamente difíciles y algunos con muchos disfraces -¡los amiibos!-, por la emoción había olvidado que podía usar mis amiibos, obviamente dejé todo y me dediqué a poner mis (pocas) figuritas sobre mi gamepad, pero no fue suficiente, así que me dediqué a jugar en el 100 Mario Challenge, cada vez que lo acabas te dan otro disfraz de amiibo eso es amor.100 disfraces por desbloquear, here we go!
Las horas pasaron y seguí desbloqueando cosas, jugando niveles y creando los míos, subí un par y empecé a ganar estrellas que pronto se convirtieron en medallas, las cuales sirven para aumentar tu límite de niveles subidos (al inicio sólo puedes tener 10, aún no sabemos cuántos se pueden tener). La emoción de ver las notificaciones que te avisan que alguien ha jugado / comentado / dado estrella a tu nivel, ayuda a fomentar la adicción, el sentir que estás haciendo las cosas bien y la gente lo está disfrutando es el mejor incentivo para no sacar Super Mario Maker del Wii U.
Pronto les hablaré más del juego, que ciertamente, dudo dejar de jugar pronto.
FLOOX 